Cuando se toma cafecito, muchas veces uno no sabe qué debe sentir o qué debe valorar en esta rica bebida. Algunas veces vamos a las cafeterías y nos hablan de aromas y el cuerpo que tiene el café. Si te compraste uno nuevo para el desayuno, probablemente leas en el empaque notas o características similares.
Si bien uno elige el cafecito de acuerdo a su gusto, es bueno saber qué debemos encontrar para atrevernos a probar nuevas propuestas.
Cada taza de cafecito tiene 3 características importantes que crean su sabor general:
A) EL AROMA
Ya que el cafecito puede tener hasta mil compuestos aromáticos: puede tener un aroma afrutado, a caramelo, a almendra tostada, a cereal, a hierbas, a especias, flores, a nueces, entre otros.
- Haz la prueba: pasa tu cafecito, y aún calentito, sostenlo en tu taza cerca de tu rostro, cierra a los ojos y, al olerlo, reconoce lo primero que se venga a tu cabeza. En esto, mientras más practicas, más podrás reconocer.
B) ACIDEZ
Cuando hablamos de cafecito, la acidez no es algo malo. Es un sabor vibrante, agradable, casi como un hormigueo en la lengua. De forma balanceada, la buena acidez tiene un sabor que le da vida al cafecito, uno sin suficiente acidez tiene un sabor plano y opaco, como desabrido.
C) CUERPO
Cuando alguien dice “el cuerpo del café” se refiere a la textura del cafecito al cubrir la lengua y su peso en la boca. Un cafecito con mucho cuerpo es consistente y pesado, mientras que un cafecito sin mucho cuerpo es liviano y “aguado”.
- Podrás diferenciarlo mejor si, en tu casa, pruebas primero una moka italiana que suele resultar en un cafecito con mucho cuerpo; y después, una prensa francesa, que suele resultar en uno con menos cuerpo. ¿Diferente? ¿Cuál te gusta más?
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